Mitológicas - Lo crudo y lo cocido. Tomo I

La obra fundadora del pensamiento de Lévi-Strauss

La ciencia de los mitos podría haber sido el título de este libro, si el autor no hubiera sido reconducido a pretensiones más modestas por el sentimiento de que, en el camino que ha intentado abrir, todo o casi todo está por hacer antes de tener derecho a hablar de verdadera ciencia. Pues si, como esperamos, el conocimiento del hombre marca aquí algún progreso, no se debe a otra cosa que a una resuelta actitud de humildad ante el objeto, que, por primera vez quizá, ha permitido tomar los mitos completamente "en serio". Del análisis escrupuloso de un mito, que se ha extendido a la mayoría de los mitos de la América tropical, se desprende que, incluso allí donde la mente humana parece más libre para abandonarse a su espontaneidad creadora, no hay desorden ni fantasía en la elección de las imágenes, en la manera de asociarlas, oponerlas o enlazarlas. Por lo tanto, al igual que las ciencias físicas no pueden dejar lugar a la arbitrariedad en las obras de la naturaleza, tampoco puede haber arbitrariedad en las obras de la mente, si el hombre ha de convertirse alguna vez en objeto del conocimiento científico. Sin embargo, no estamos dispuestos a reducir el pensamiento al despliegue mecánico de unas cuantas operaciones abstractas, en cuyo producto el hombre ya no se reconocería a sí mismo. A través de su título culinario, este libro hace referencia a las exigencias del cuerpo y a las relaciones elementales que el hombre mantiene con el mundo. Por su construcción musical, que le da el aspecto de un vasto oratorio cuyas partes evocan a su vez el tema y las variaciones, la sonata, la fuga, la cantata y la sinfonía, reúne los planteamientos del pensamiento mítico con los de la música que, de todas las bellas artes, es la que más se parece a una ciencia, al tiempo que es fuente de emociones incomparables. No se trata, pues, de empobrecer, excluir o fragmentar, sino, por el contrario, de integrar todos los aspectos del saber del hombre en un esfuerzo de elucidación que estaría condenado de antemano si no procediera del respeto. De modo que de la oposición aparentemente trivial de alimentos crudos y cocidos, veremos primero la potencia lógica de una mitología de la cocina, concebida por las tribus sudamericanas de las que el autor tomó sus ejemplos porque vivió en su intimidad; luego emergen ciertas propiedades generales del pensamiento mítico, en el que se encuentra en germen una filosofía de la sociedad y del espíritu.

SOBRE EL AUTOR

Claude Lévi-Strauss 

(Bruselas,1908-París, 2009), fue un antropólogo, filósofo y etnólogo francés, una de las grandes figuras de su disciplina en la segunda mitad del siglo xx. Al introducir el enfoque estructuralista en las ciencias sociales, fue de hecho el fundador de la antropología estructural, método basado en la lingüística homónima creada por Saussure y desarrollada por el formalismo ruso.

Durante la Segunda Guerra Mundial, siendo judío, se vio obligado a exiliarse a Nueva York en 1941 para huir de la ocupación nazi en Francia. Allí, conoció a unas de las grandes figuras de las ciencias de la época, como el fonólogo ruso Roman Jakobson, con el cual se inició a los principios de lo que se llamará la “antropología estructuralista”, en ruptura con las corrientes dominantes de la etno-antropología del momento (como el evolucionismo).

De esta manera, en la mitad del siglo xx, tuvo una influencia relevante en las ciencias sociales desarrollando un método propio: la antropología estructuralista. Mediante este método, Lévi-Strauss modificó profundamente las disciplinas de la etnología y de la antropología aplicándoles principios holistas resultantes de la lingüística, la fonología, las matemáticas y las ciencias naturales.

Al volver a Francia en 1949, presentó su tesis sobre "Las estructuras elementales del parentesco", primera aplicación de su nuevo método, la cual le aportó una notoriedad internacional dentro de la antropología. Presentó su método al público bajo la forma de una colección de artículos intitulada "Antropología estructural". Por ejemplo, se dedicó a estudiar los mitos con un enfoque estructuralista en su mayor obra Mythologiques. Al aportar una nueva mirada sobre un gran número de problemáticas antropológicas clásicas, su trabajo permitió en gran parte el nacimiento del estructuralismo francés.

Dado el peso de su obra, dentro y fuera de la antropología, fue uno de los intelectuales más influyentes del siglo xx.

Junto con André Martinet, Roman Jakobson y Morris Swadesh fue uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Lingüística. Fuente: Wikipedia