El Barro Figureado

Las figurinas de barro, que en su origen fueron representadoras de poderes y deidades primitivas, legaron por herencia sus virtudes a la imaginería espontánea venezolana. El barro quemado bajo el designio de fuerzas telúricas y secretos ancestrales y modelado a la medida de la invención creadora del artista de la tierra, sigue perviviendo auténtico y original en muy pocas regiones del territorio, resistiendo al asedio comercial del molde, la producción y la copia de figuras forasteras. Las sabidurías naturales de los wayúu, de Teodora Torrealba, de Catalina Rojo, de Clemente Uzcátegui o Ana Rosa de Briceño, sostienen en sus descendientes y vecinos la tradición del barro figureado con su color natural de tierra quemada a leña, a bosta y a luna. Más acá de La Guajira, Sanare, Mesa del Tanque o Los Guáimaros, otros artistas urbanos y espontáneos, aprendidos por si mismos, pinturean el barro endurecido al sol, quemado al fogón o ceramicado por la temperatura eléctrica. Sus obras tienen raíz y destino; modelan una imaginería de costumbres, de patriotismo y religión, donde representan con libérrima autenticidad a hombres, héroes y santos con poderes otorgadores del bienestar, el amor, la salud y tantas maravillas que la mujer y el hombre del común necesitan para sobrellevar lo cotidiano. El testimonio oral y artístico de estos creadores al margen, vienen a aportar nuevos valores al arte popular y a la cultura tradicional de Venezuela

SOBRE EL AUTOR 

Mariano Diaz

Chileno, 1929. Reside en Venezuela desde 1960. Periodista y diseñador gráfico. Autor de una trilogia sobre imaginería popular venezolana: "Bolívar hecho a mano", "Por un cielo de barros y maderas" y "El alma entre los de-dos", editada por Cerámica Carabobo de Valencia (1983-85); de "Sixto Sarmiento, tejedor del arte de cobija y músico muy a su mandar" (1986) y "María Lionza, religiosidad mágica de Venezuela" (1987), editados por el Grupo Univensa de Barquisimeto; de "Fabuladores del color", pintura popular en Venezuela (1988), "Milagreros del camino" (1988) y "El barro figureado" (1990j, editados por la Fundación Bigott.

Sus libros, trabajos gráficos y fotografías han sido seleccionados para todas las exposiciones del Instituto Autónomo Biblio teca Nacional. Su serie "30 hacedores de identidad" obtiene en 1984 el Primer Premio de Fotografia del Consejo Nacional de la Cultura. Su serie sobre rituales del culto a María Lionza ha sido exhibida en Alema-nia, Cuba, Brasil y Estados Unidos. No pertenece a ningún grupo o institución cultural y su trabajo de recogedor de testimo nios obedece a iniciativa propia. Sus libros han sido editados por la empresa privada, como un aporte a la difusión de las artes y tradiciones populares de Venezuela. Se desempeña como diseñador gráfico libre.

Reside en El Junko, Caracas.

Fuente: Solapas