Retablo Colonial
Por favor, regístrese para que podamos notificarle una respuesta
El estudio de nuestro pasado colonial ha sido materia que ha adquirido un importante impulso en estas últimas décadas. Escritores, cronistas, historiadores y estudiosos han ido desempolvando abundantes materiales para solicitar en ellos la verdad de nuestra nacionalidad.
Si nos remontamos a los orígenes de esa disciplina, de ese interés por mejor conocer nuestras raíces formativas, hallaremos la vetusta figura de Aristides Rojas, quien con sus largos bigotes,"camarita echada hacia atrás y un descuidado paraguas, acudía a las casas amigas a solicitar datos y recuerdos que aún quedaban vivos en las vie jas generaciones que venían de los años de nuestra Inde pendencia, "El Anticuario del Nuevo Mundo", como acertadamente lo Tamo quien bien conocía su obra, inició en nuestro país el estudio y la recolección de los hechos, recuerdos y objetos más diversos e importantes que aún se guardaban en la impenetrable noche de nuestra Historia.
Rojas también recogió datos de los cronistas, de nuestro primer historiador Oviedo y Baños, de Baralt y Diaz, pero también la tradición oral del pequeño detalle, del relato de poca significación, lo que los franceses han llamado la petite histoire. Ese género de historia un poco novelada es la que se encuentra en las páginas de "Retablo Colonial", de Santos Jurado, que reedita la "Asociación de Industriales de Aceites y Grasas Vegetales Comestibles",
impreso originalmente en 1931 y que lleva un erudito prólogo de aquel fino escritor que fue Luis Correa. El trabajo de Jurado es agradable y ameno y a través de su pluma ágil y alegre se perfila la ciudad de Caracas, desde Fajardo, el Conquistador, hasta la achacosa figura del buen Marqués del Toro. El poblado va apareciendo en esas páginas por medio de los detalles que este cronista del siglo XX intercala, ayudado de su fantasia, para presentarnos una imagen viva de lo que tuvo que ser aquel interesante período en que Venezuela formaba parte del imperio español.
Buen homenaje a la ciudad de Caracas en su Cuatricentenario es la reedición de este l.bro, que tiende a mantener vivo el recuerdo de nuestra historia más lejana, la que muchos desconocen y otros se empeñan en olvidar.
Fuente: Presentación de Alfredo Boulton (pags. 5 y 6)
No se encontraron reseñas