Estampas de la Vieja Caracas
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CARACAS llena hoy el valle que la contiene. Lo llena de extremo a extremo, y al colmarlo, la ciudad comenzó a trepar por las laderas Incluso, el Avila impoluto, coronado de nubes en tantos atardeceres, suave lecho para las nieblas matinales, ha sido mancillado en su puro traje verdi-azul, al edificar en su cima un hotel cuyo destino inmediato es el de estar frecuentemente vacio...
...Por esa ciudad llena de placidez, tan rebosante de se evocaciones, nos pasea Nicolás Ascanio Buroz en este conjunto de crónicas rememorativas que ha titulado "Estampas de la Vieja Caracas".
No es ajeno Ascanio Buroz a estos menesteres de evocar, la historia de la ciudad, de rebuscar entre páginas de archivos y viejas hojas amarillas, en las columnas de periódicos ya deteriorados por el tiempo, el dato preciso, el incidente curioso, la anécdota con ello, hilvanar los cuadros que luego nos ha de mostrar en el reportaje de criollo sabor o en la crónica alinderada dentro de la expresión citadina. Ya por allá por 1927, le vimos en estos en las páginas de "Fantoches" tan bien celadas por nuestro Leoncio Martínez, y posteriormente, en 1933, en la revista fundada por nuestro también cronista de la historia, Lucas Manzano.
Nicolás Ascanio Buroz nos retrata con amoroso deleite de la Caracas que se nos ha ido y de la cual ya tan pocos nos quedan, y a su vez, nos hace más fiel su relación, al esos testimonios vivos de un ayer en fuga, con ilustración igualmente del autor. Así, se hace más gráfica la evocación más evidente lo que al volver la mirada al pasado, vemo. distancia, pero expresado con deleitante dedicación...
Fuente: Extracto de la presentación por Pascual Venegas Filardo (Pág. 8)
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