El único lugar posible

El único lugar posible constituye, hasta la fecha, quizá la empresa literaria más ambiciosa y singular de las llevadas a cabo por Garmendia en su extensa e importante trayectoria.

El libro está formado por una sucesión de relatos, que, por la persistencia de determinados personajes o situaciones y la fuerte unidad de tono, consienten también la lectura como cuerpo narrativo unitario. Tales relatos forman un bloque enormemente compacto y homogéneo: exponen una situación inicialmente de apariencia realista que, de manera brusca o gradual, se va descomponiendo y alterando, como en una proliferación a partir de sí misma, hasta convertirse en angustiosa y fantástica, de acuerdo con una lógica -o, más exactamente, con una falta sistemática de lógica-parecida a la de los sueños. Ninguna conexión explicita vincula estas escenas irreales con cualquier orden posible de experiencia cotidiana; se trata del despliegue, sobre bases temáticas distintas, de unos procesos de fantasmagorización asombrosamente diversos, pero regidos, en el fondo, por idénticas leyes internas. Desde esta área fecunda, Garmendia reivindica así, para la escritura, la invención de un mundo, que es a la vez metáfora y revelación del envés de nuestro mundo, visto en el fondo -ofuscado, o cegador con otra luz- de un espejo nitidamente deformante.” 

SOBRE EL AUTOR

“Salvador Garmendia

Nació en Barquisimeto en 1928. Miembro fundador y redacto de la revista Sardio, obtuvo en 1959 el Premio Municipal de Prosa, de Caracas. con s primera novela, Los pequeños seres, a la que siguieron los habitantes (1961), Día de ceniza (1963), La mala vida (1968), Los pies de barro (1973) y Memorias de Altagracia (1974: Seix Barral, 1979). Es autor de los libros de relatos Doble fondo (1966), Difuntos. extraño y volátiles (1970) y Los escondites (1972).

Fuente: Contraportada