Los sueños del haragán

Los sueños del haragán son equiparables a los ejercicios «de dedos» y de afinación que el virtuoso del piano práctica ente dos conciertos; los amantes del arte musical aman estos instantes mitad de asueto, mitad de diversión, que el genio aprovecha para perfeccionarse.

Cuantos amen las bellas letras, pues, acogerán con júbilo estas páginas – serie de narraciones agrupadas bajo la denominación de «cuentos, mitos  y alegorías», que podrían, asimismo, designarse con el nombre de «variaciones sobre temas del arte, la literatura, la mitología y la historia» –, en las que Alberto Moravia, verdadero virtuoso del arte narrativo, depura la alquimia de su estilo para transformar sus ocios de novelista en preciosas e inimitables miniaturas del ingenio.

Antología de cuentos que esta dividida en tres partes; la primera con 7 relatos, la segunda con 6 relatos y la tercera con 14 relatos. 

SOBRE EL AUTOR 

“Alberto Moravia (1907 – 1990) fue un escritor y periodista italiano. 

Su nombre real era Alberto Pincherle, Moravia era el apellido de su abuelo materno. Nació en Roma el seno de una familia de clase media-alta, hijo de un arquitecto judío y una madre católica. No tuvo una formación tradicional, ya que una tuberculosis ósea que contrajo con nueve años lo obligó a pasar casi una década en la cama, época que pasó leyendo. 

Tras colaborar con la revista 900, publicó su primera novela Gli Indifferenti (Los indiferentes), en 1929. Su novela La mascarada (1941), una sátira política, le obligó a huir de Italia, adonde no pudo volver hasta tres años después, con la liberación de Roma. 

Su fama creció de manera exponencial tras su regreso, y colaboró con importantes publicaciones como Il Mondo y Il Corriere della Sera.

 Muchos de sus libros fueron adaptados al cine, La Provinciale de mano de Mario Soldati, La Romana por Luigi Zampa y en 1955 Gianni Franciolini adaptó I Racconti Romani, un compendio de relatos que habían obtenido el Premio Marzotto; La Noia (El tedio), considerada por muchos como su obra más importante, consiguió el Premio Viareggio y fue adaptado por Damiano Damiani in 1962, y por Cedric Kahn en 1998. Vittorio De Sica adaptó La Ciociara (La campesina), Jean-Luc Godard filmó Il Disprezzo (El desprecio). 

En 1953, Moravia fundó la revista Nuovi Argomenti, que tenía a Pier Paolo Pasolini entre sus editores. Dedicó la última parte de su vida especialmente al teatro. En 1990 apareció muerto en el suelo de su cuarto de baño, el mismo año en el que había publicado su autobiografía.

Su obra literaria se caracteriza por una crítica frontal a la sociedad europea del siglo XX: hipócrita, hedonista y acomodaticia. Se caracteriza por un estilo austero y realista, presente ya en su primera novela, Los indiferentes, que le hizo saltar a la fama en Italia. En sus escritos son recurrentes el impulso sexual, la alienación del individuo y el existencialismo.