Setecientas palmeras plantadas en el mismo lugar
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«Hay un sentimiento órfico ligado a las palmeras», ha dicho José Balza en una entrevista. En Setecientas palmeras plantadas en el mismo lugar la sacralidad asociada a la manifestación universal es, con similar intensidad, aleccionadora y poderosa para sugerir o mostrar maneras densas o sutiles, y al mismo tiempo profundamente tradicionales, de comprensión de lo real, del cuestionamiento de lo humano, de lo ético en nuestra contemporaneidad, lejos de las deformaciones o el simplismo de las ideologías o fetiches dominantes. Sus personajes propician una nueva manera para el sentir. Para Editorial Eclepsidra es un privilegio la reedición de esta obra, ya un clásico de la literatura latinoamericana -a casi cincuenta años de su aparición-, en la serie Los Cuadernos del destierro, consagrada a obras cuya importancia en la historia moderna de la literatura ameritan una renovada difusión.
..el tema (los temas), la atmósfera admirable que va logrando el libro y que obliga a una lectura continua y apasionada; y el lenguaje, de una gran belleza no solo formal sino inventiva en ese otro sentido que para mí al menos tiene el gran lenguaje de la creación, esas transgresiones fecundas, y esos bruscos hundimientos en las raíces de la psiquis. Pienso, porque la subrayé interminablemente, en la página, donde se habla del amor, pero hay muchos otros pasajes que también podría citar y que se han fijado en mi memoria. Le tengo fe a Balza..
Cortázar: Carta sobre Setecientas palmeras
SOBRE EL AUTOR
José Balza. (Delta del Orinoco, Venezuela).
Cuentista, ensayista y novelista. Ha sabido combinar el análisis de los clásicos con el de los autores coloniales en América y su eco en los escritores más recientes. Cuenta con valiosos textos sobre música, cine, pintura, televisión, teoría y crítica. Denomina como ejercicios a toda su obra. Continuado viajero, ha dictado conferencias y cursos en innumerables universidades del mundo.
Traducido a más de diez idiomas. Salvador Garmendia lo consideró «nuestro narrador más completo» y Ednodio Quintero lo acerca a la «condición de clásico». Aunque es hombre dado a la inmediatez sensorial, practica el aislamiento y la discreción social. Ajeno a la burocracia y a los altos cargos públicos. Tal vez esto explique su rara situación de eje central en amplísimos campos de la cultura. Ha desarrollado asimismo una comprensión de Venezuela a partir de la continuidad y las interrupciones de sus procesos espirituales y un ciego desvelamiento de nuevas cualidades en la percepción y el sentir de los seres actuales (o futuros).
Fuente: Contraportada y solapa
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