Viejo

“Un personaje, en su habitación solitaria, escribe con el deliberado propósito de hacer frente a su abandono y su postración. Con insistencia, da vueltas en torno a su vejez y las pequeñas peripecias cotidianas. Se sumerge igualmente en los recuerdos, historias singularísimas como las de sus familiares, un misterioso crucero, una bailarina, un domador de leones y sobre todo la presencia obsesiva de mujeres, reales, o inventadas a partir de vallas y revistas, borrosas en la memoria, pobladas de lujuria o candor infantil. Constantemente hace referencia a dos seres a los que espera en vano. Su personalísima concepción del mundo y de la vida alterna con un despliegue frecuente de la ironía y la crueldad. Una reflexión interior da pie para una reflexión crítica sobre el mundo, el tiempo y la existencia, no carente de frustraciones y rencor, pero alentada por un vibrante alarde poético, en el cual el lenguaje sirve para las más atrevidas búsquedas del espíritu, la imaginación y la aventura. Adriano González León alcanza aquí un grado de madurez con la palabra, que lo sitúa en la más representativa línea de la literatura de su país, Venezuela, y en las afirmaciones audaces de la literatura latinoamericana de nuestro tiempo.” Fuente: Contraportada